Empresas periodísticas se topan con un público que no quiere pagar.
En los últimos tres años las suscripciones de noticias online se han estancado, después de una etapa de crecimiento impulsada por la pandemia, indica un análisis realizado por el investigador Craig T. Robertson, con datos del Digital News Report 2024 del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo.
Según este estudio, en algunos países ricos un número importante de personas paga por este tipo de producto. En Noruega, 40 por ciento, en Suecia 31 y en Estados Unidos 22 por ciento.
Robertson establece que sólo un puñado de grandes periódicos han tenido buenos resultados en los últimos años, como el New York Times, Le Monde y El País, que reportaron entre 2023 y principios de este año 10 millones, 300 mil y 500 mil suscriptores, respectivamente.
Estos números, sin embargo, ocultan aspectos como la amplia gama de precios que ofrecen, las pruebas de bajo costo, las donaciones o descuentos, ofertas especiales y la tasa de cancelación.
“Las pruebas baratas pueden ser efectivas para conseguir suscriptores, pero mantenerlos es otra historia. El salto de una prueba barata al precio completo suele ser demasiado para mucha gente. Además, algunos tal vez no aceptarán el precio completo porque no adquirieron el hábito de aprovechar su suscripción”.
Según una encuesta aplicada en 20 mercados, 57 por ciento de quienes no son suscriptores no estaría dispuesto a pagar nada por noticias. En Reino Unido, el porcentaje se eleva a 69 por ciento, en Alemania 68 y en Francia 67 por ciento.
“Nuestros datos documentan que gran parte del público no piensa que valga la pena pagar por las noticias online”, indica Craig T. Robertson.
Sólo 17 por ciento de los encuestados en los 20 países analizados está dispuesto a pagar por noticias en internet, pero este público ya ha sido captado por las diferentes empresas periodísticas.
“Sin embargo, cualquiera sea el modelo de monetización elegido, corresponde a los medios mostrar su valor a las audiencias y dejar en claro por qué vale la pena pagar por sus productos”, concluye Robertson.
PANORAMA TURBULENTO
Más de 300 directivos de empresas periodísticas de todo el mundo, entrevistados para el Digital News Report 2024 de Reuters Institute, ven un panorama turbulento, donde no sólo tienen que enfrentarse a desafíos de orden económico, sino también al aumento de las agresiones verbales y físicas a reporteros.
La inestabilidad en los ingresos publicitarios y la caída del tráfico fiable procedente de las redes sociales, entre otros aspectos, contribuyen a mantener en jaque a las empresas
En algunos países “el periodismo se enfrenta a la creciente dependencia de la publicidad gubernamental o a políticos que, directa o indirectamente, socavan o acosan a quienes intentan controlar sus acciones”, como en el caso de México.
Según una encuesta realizada entre líderes del sector de 20 países, 4 de cada 10 (41 por ciento) se muestran inseguros sobre el futuro del periodismo este año, una décima parte (12 por ciento) expresa escasa confianza y apenas 47 por ciento dice confiar en las perspectivas del negocio.
“La polarización de la opinión, empujada por las redes sociales, plantea uno de los retos más complicados para la misión central de los periodistas”, sostiene un editor experimentado. “Una generación se está desarrollando con escepticismo hacia los medios tradicionales (y, francamente, hacia cualquier medio)”.
Aunque entre los empresarios del sector hay una fuerte convicción en el valor del periodismo, también se observa una gran incertidumbre, principalmente por la inminente nueva oleada de disrupción tecnológica, de la mano de la inteligencia artificial (IA).
Las grandes plataformas tecnológicas como Meta y X han ido quitando prioridad a las noticias. Según datos de Chartbeat, obtenidos para el informe Reuters, el impacto en el tráfico de referencia para los medios durante 2023 ha disminuido 48 por ciento en Facebook, 27 por ciento en X y 10 por ciento en Instagram.
Un editor de la India comentó: “Tanto Facebook como Twitter/X como lugares de tráfico (e incluso, de consumo de noticias) están prácticamente muertos para las organizaciones periodísticas”.
Por ello, cabe esperar que este año se dispongan más barreras a los contenidos y más costosos abogados para proteger la propiedad intelectual. Al mismo tiempo, estas estrategias asumen el riesgo de complicar aún más la llegada de los medios a las audiencias jóvenes y menos formadas, gran parte de las cuales ya están cómodas con las noticias que generan los algoritmos y tienen vínculos débiles con las organizaciones tradicionales.