“La fórmula del éxito es: inspiración, profesionalización, capacitación y trabajo en equipo. No es ningún secreto, no hay receta secreta, hay que sudar la camiseta para poder tener logros”: Ramón Vélez, enólogo y socio de Cuna de Tierra.
PERLA OROPEZA
Con alrededor de 20 mil visitantes al año, los viñedos Cuna de Tierra se han convertido en la marca insignia de la vitivinicultura de Guanajuato y buscan mantenerse como referente en los próximos años.
En entrevista, Ramón Vélez, socio y dedicado al área de ventas de la empresa, habla con optimismo del futuro de Cuna de Tierra y del sector vitivinícola en Guanajuato.
“Este 2022 cerramos muy bien. En general en el estado, no solamente Cuna de Tierra. Las vinícolas de la zona tuvimos un muy buen año desde el punto de vista de cosecha. Las condiciones climáticas han sido muy buenas, tuvimos suficiente agua, lluvia, horas sol y frío. La expectativa para los viñedos de Guanajuato es de crecimiento; tenemos hoy en total 450 hectáreas y en los siguientes cinco años vamos a triplicar ese tamaño”.
Con alrededor de 25 por ciento de la producción vinícola del estado, Cuna de Tierra es sin embargo una empresa pequeña: “en el campo llegamos a ser como 40 personas, entre las labores en viñedos y la elaboración del vino. Otras 20 en la parte comercial y administrativa, para un total de aproximadamente 60 personas”, comenta Vélez.
“Lo interesante es que de alguna manera fuimos los que empezamos con la vitivinicultura contemporánea en el estado y hemos servido para que muchos otros se animen y se incorporen en el negocio”.
Vélez relata que desde pequeño se involucró en el mundo de la vinicultura. “Mi padre también estaba en ese negocio y yo estuve muchos años en el grupo Domecq y después en Baja California; los últimos 12 a 13 años de mi vida profesional han sido en Guanajuato”.
En la actualidad, la empresa produce anualmente alrededor de 150 mil botellas, de marcas como MCúbica, Cuna de Tierra, Pago de Vega y Torre de Tierra. Este año, comenta Vélez, será de consolidación para la empresa. “Queremos ir despacio”.
En el éxito de Cuna de Tierra ha sido muy importante la profesionalización. “Es la piedra de toque en el éxito de nuestro negocio. Entender el terruño donde estamos. En Guanajuato estamos entre 2,000 y 2,400 metros sobre el nivel del mar y esa es precisamente nuestra principal condición agroclimática diferenciadora, y convertimos esa condición crítica en oportunidad.
“Es un trabajo de trincheras, de detalles, uno por uno, de trabajo de innovación y capacitación. Ha sido un trabajo de cadena de valor que nos ha acercado mucho a las terceras manos. La fórmula es: inspiración, transpiración, profesionalización, capacitación y trabajo en equipo. No es ningún secreto, no hay receta secreta, hay que sudar la camiseta para poder tener logros”.
Para el desarrollo del negocio, expone Ramón Vélez, ha sido necesario “compararnos con la competencia, principalmente a través de concursos; hemos participado con éxito en los concursos internacionales más importantes”.
Otro factor importante en el éxito de la empresa, añade, ha sido el apoyo del gobierno del estado de Guanajuato, no sólo a este proyecto sino a todos los productores. “El resto de la República nos tiene envidia”, dice.
En Guanajuato hay un potencial de cien mil hectáreas para invertir y hacer vinos de calidad. “Hoy en día tenemos plantadas 450 hectáreas en el estado, de las cuales 300 están en producción y otras 150 están incorporándose gradualmente. Se producen ya 700 mil botellas al año en el estado, algo que hace diez años era un sueño”.
En el estado, comenta el socio de Cuna de Tierra, se ha hecho trabajo en equipo, “hemos trabajado de la mano con autoridades, universidades, institutos”.
La empresa tiene una elevada apuesta por su vino Cuna de Tierra Nebbiolo, que es un ensamble de tres variedades: 60 por ciento Nebbiolo, una variedad originaria de Piemonte, Italia; 20 por ciento Malbec y 20 por ciento Tempranillo.
Es un vino con un color intenso, profundo, con notas de frescura; el Nebbiolo es criado en barricas de roble húngaro; el Malbec en barricas de roble francés y el tempranillo en barrica de Italia.
Lo que el consumidor quiere, comenta Vélez, son vinos que transmitan, que manifiesten las características del lugar donde la uva se ha cultivado, vinos con el carácter de nuestra gente.
Cuna de Tierra está ubicada en Dolores Hidalgo, Guanajuato, donde cuenta con más de 30 hectáreas en las que se cultivan variedades viníferas como Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo, Malbec, Nebbiolo y Sauvignon Blanc, entre otras. Fundada por Ricardo Vega y Juan Manchón, la bodega tuvo su primera vinificación en 2005. En la actualidad ofrece recorridos turísticos y busca atraer cada vez más a los consumidores jóvenes.