Calzado de piel de pitón, en el top de las ventas de Condado Boot’s.
PERLA OROPEZA
LEÓN, Gto. ― Creada hace más de 45 años, la empresa Condado Boot’s casi desaparece por los efectos de la pandemia. De un día para otro, como ocurrió a muchas pequeñas empresas, sus ventas se desplomaron alrededor de 80 por ciento.
Ahora está lista para contar otra historia.
Condado Boot’s es una empresa fundada por la familia Padilla. Tres generaciones han confluido en el negocio, que se dedica a la fabricación de botas vaqueras de cuero de res y pieles exóticas bajo la marca Plebes Boot’s.
Jessica Cervantes, que junto con su esposo, Arturo Padilla, se encargan del área de ventas, relata lo difícil que fue sobrevivir a la emergencia sanitaria.
“La pandemia sí nos pegó. Estuvimos a punto de irnos a cierre. De tener 40 empleados, ahora nada más tenemos 18, que son con los que nos pudimos quedar para seguir manteniendo la fábrica y seguir con la empresa.
― ¿Recibieron apoyo de algún organismo?
―No, de ninguno. Pero ¿para que son los bienes sino para remediar los males? y ahora sí que del colchoncito que teníamos como empresa estuvimos sobreviviendo. Las ventas se fueron abajo como un 80 por ciento, ya estábamos a punto de quebrar y nos dimos de baja ante Hacienda porque era un pago que no solventaba la fábrica. Actualmente ya contamos de nuevo con el registro y estamos recuperando poco a poco el ritmo que traíamos.
Cada semana salen de la fábrica alrededor de 200 pares de botas de rodeo para la venta en el país, pero también se coloca producción con mayoristas y se exporta a tiendas en Estados Unidos.
“Cuando estaba lo de la pandemia nadie hacía pedido porque todo estaba cerrado y ahora que tienen las tiendas abiertas, estamos agarrando otra vez el ritmo”, dice Cervantes.
Las botas de mayor demanda son las de piel de pitón, pero en Plebes Boot’s también hay de res, cocodrilo, tiburón, cuello de toro, mantarraya, avestruz.
Las piezas fabricadas con piel de mantarraya son las más caras; un par puede costar hasta 3,800 pesos, mientras que las más baratas son las de piel de res, que se venden en 1,300 a 1,400 pesos, explica Jessica Cervantes.
En talabartería fabrican, entre otros productos, carteras, cintos, cachuchas, bolsas y pecheras. Esas últimas tienen más demanda entre las personas que se dedican a la pelea de gallos, porque les permiten guardar sus accesorios, como navajas e hilos.
Como buena leonesa, Jessica Cervantes empezó a trabajar en una fábrica zapatera desde niña. A los 11 años se dedicaba a cortar las hebras del calzado en el taller de su tío. Hoy forma parte de una empresa que, dice, busca evolucionar, innovar, para permanecer y aumentar sus ventas.