Los precios de materiales de construcción se incrementaron 26% en el último año; algunos tipos de acero tuvieron un aumento de hasta 70%
POR PERLA OROPEZA
“Vamos viento en popa”, dice en entrevista Ricardo Medina, CEO y fundador de Grupo CCIMA. Su empresa, dedicada a la construcción y desarrollo inmobiliario tanto industrial como habitacional, ha sorteado un escenario difícil, principalmente por el alza en las tasas de interés y en el costo de materiales.
“El incremento en las tasas de interés de alguna manera genera un poco de inestabilidad en el mercado, aunado a otros factores que ya venían generándose desde tiempos anteriores, llámese Covid o la guerra en Ucrania. Con todo este movimiento mundial hemos tenido grandes incrementos en materiales y nos ha pegado fuerte en las inversiones que tenemos que hacer en nuestros desarrollos”.
En parte, eso ha retrasado sus planes de expansión en Estados Unidos, donde ya tiene actividades en Colorado. “En este momento estamos un poco a la expectativa con el incremento en las tasas de interés, pero probablemente vamos a estar ya a finales del año en Texas y en 2023 en Florida».
Ricardo Medina asegura que el modelo de negocio de CCIMA le ha permitido obtener buenos resultados. “Tenemos la expectativa este año de crecer a doble dígito, ya el primer y segundo trimestres nos trajeron muy buenos números y normalmente el tercer trimestre es el mejor, es el que hace la mayor diferencia. Comparado contra los años pasados, vemos condiciones para que el tema industrial en México camine muy bien”.
Además, “tenemos un modelo de economía circular sumamente eficiente”, que se basa en cinco unidades ―Construye, RentSolution, Hábita, Navetec y Capital CCIMA― que se dan servicio una a la otra. Esto da mayores márgenes de utilidad, una rentabilidad más alta y permite hacer frente a eventos como el incremento de costos en los materiales que se presentó el año pasado.
En 2021, el aumento en el precio de los materiales fue de hasta 70 por ciento en algunos aceros. “El acero que menos se movió lo hizo 40 por ciento y es la materia prima que más tenemos en de nuestras naves industriales. El 60 por ciento con lo que se construye una nave tiene que ver con el acero”. Considerando el costo de todos los materiales, el incremento en el costo de una nave industrial se ubicó en 26 por ciento.
“Para nuestros clientes en el modelo de preventa este incremento, sumado a la plusvalía, significó una rentabilidad de 45 por ciento en menos de un año”, comenta Medina.
En la venta directa de terrenos y naves el incremento en el precio final fue de 9 por ciento en el caso de CCIMA, mientras que otras empresas con productos más o menos similares los encarecieron hasta 30 por ciento.
REVÉS EN ECOMMERCE
Una de las apuestas de CCIMA, el ecommerce, no dio los buenos resultados que se esperaban. Hoy en día, 30 por ciento de sus naves están ocupadas por clientes de ese segmento, pero la idea era que tuvieran una mayor presencia, de al menos 50 por ciento.
La empresa puso a disposición de pequeños comerciantes naves que podían rentar o comprar en parcialidades, en coparticipación, con cualquier cantidad de metros de superficie.
“Creímos que iba a ser un boom, pero hemos visto que hay un poco de renuencia del empresario a dar este salto de estar guardando o teniendo su almacén en casa a ya rentar una nave industrial”
Sin embargo, van a seguir dando esta opción a los empresarios. “Le seguimos apostando al ecommerce, vemos que sigue creciendo y cada día más personas están haciendo este tipo de negocio. Nuestros parques se van a llenar de una u otra manera, nuestros productos están funcionando de todos modos, pero estas pequeñas empresas nos están volteando a ver de manera diferente y vamos a tener para ellas el espacio, darles esa oportunidad de crecimiento”.
PLANES EN YUCATÁN
Con parques industriales y desarrollos habitacionales en Querétaro y San Luis Potosí, la empresa ya cuenta en Yucatán con reservas territoriales para el tema habitacional, no así en el industrial, donde las expectativas de gran actividad no se dieron y ahora se buscará trabajar con un socio en la zona para desarrollar naves industriales.
Medina considera que aún no se agota el atractivo inmobiliario en Mérida. “Sigue siendo un lugar donde todo mundo quisiera llegar a vivir, sigue siendo una de las ciudades más seguras no sólo de México sino de toda América, y eso le da muchas ventajas. Hubo un boom el año pasado que generó una burbuja en donde hay más oferta que demanda y creo que en este momento sigue así.”
Uno de los desafíos es competir con desarrolladores que ofrecen terrenos muy baratos sin nada de infraestructura, llamados “calles blancas”. Explica el CEO de CCIMA: “nuestros desarrollos son como pequeñas ciudades planeadas en donde tenemos la escuela, el pequeño hospital, el supermercado, el centro comercial, el gimnasio, las áreas que permiten a las personas no tener que salir del propio desarrollo para cubrir sus necesidades. Este tipo de productos es muy bien visto en el centro del país, en el Bajío. Sin embargo, en el sur cuesta un poco de trabajo que la gente lo vea con buenos ojos, sobre todo porque lo comparan con un producto mucho muy barato, en donde básicamente no tiene nada de urbanización, de equipamiento”.
EL BAJÍO
Querétaro mantiene su atractivo para la industria inmobiliaria tanto en el terreno industrial como el habitacional. Es un estado alineado al crecimiento, seguro, y hay planes de nuevos productos habitacionales, dice Ricardo Medina. En cambio, Guanajuato, a pesar de su fuerza industrial, ha quedado fuera de los planes de CCIMA, debido principalmente al tema de la inseguridad.
Este año el grupo empresarial ya ha invertido alrededor de 700 millones de pesos en sus desarrollos, entre ellos dos parques en Querétaro, y al terminar 2022 su inversión totalizará 750 millones de pesos, en línea con lo previsto.
Para los interesados en invertir con CCIMA hay varias opciones. En el segmento industrial están enfocados en empresarios con ingresos de 30 a 100 millones de pesos mensuales y en el tema habitacional a familias o parejas jóvenes que tienen ingresos de 10 mil a 30 mil pesos y puedan invertir desde 1,800 pesos mensuales, con un anticipo de 10 a 30 por ciento y 15 años de crédito.