Perla Oropeza
En un mundo donde los medios de comunicación tradicionales se encuentran en una crisis profunda y los esfuerzos de periodistas profesionales apenas pueden prosperar ante la avalancha comunicacional de Internet, es claro que el periodismo se tiene que redefinir, reinventar y encontrar nuevas formas de cumplir su tarea.
En las redes sociales y otras plataformas imperan reglas que no son propiamente las del periodismo profesional. Ahí importa más el dominio ante la cámara o el “gancho” que pueden arrojar al público. Las redes se llenan de miles y miles de comunicadores, que suplantan la actividad periodística, muchos con éxito y algunos pocos con mayor rigor que los propios periodistas.
Según el informe Culture Next 2023 de Spotify, los podcasters son para 70 por ciento de los jóvenes de la Generación Z “voces influyentes” que les acercan más al conocimiento de la cultura que cualquier otro medio de comunicación, debido a que ofrecen voces y puntos de vista diversos.
Por otra parte, los llamados “influencers” han cambiado la ecuación en las estrategias de comunicación de empresas e instituciones públicas, que los ven como la mejor opción para dar a conocer su información, productos y servicios a públicos muy específicos, con la misma o menor inversión que harían en un medio de comunicación tradicional y con su mensaje asegurado.
De acuerdo con un estudio del Interactive Advertising Bureau (IAB), a principios de 2023 México tenía 3 millones 345 mil 989 influencers activos, esto es, un crecimiento de 87 por ciento desde abril de 2022.
En México, la cuarta parte de esta clase de comunicadores se encuentran en la capital de la República (25.4%), seguido de Guadalajara, Monterrey, Puebla, Tijuana, Querétaro y León. La mayoría se ubica en la categoría de Nano Influencers, con 1K a 10K seguidores, y significan 91 por ciento en Instagram, 84 en TikTok y 67.4 en YouTube.
Hacer frente a este ejército de comunicadores, influencers y podcasters, y destacarse y sobrevivir como un periodista o medio de comunicación profesional es un esfuerzo que requiere contar con recursos económicos, tecnología y mucho talento creativo. Para los medios pequeños y los periodistas independientes es una batalla diaria y desgastante, sobre todo en un ambiente político que desprestigia constantemente su labor.
En la actualidad, 79 por ciento de los mexicanos se informa vía web; 64 por ciento obtiene noticias de distintas redes sociales; 39 por ciento de la televisión y sólo 18 por ciento recurre a periódicos y revistas impresos, de acuerdo con el Digital News Report 2024 de Reuters Institute.
Durante la charla El rol de la prensa en la era de desinformación, convocada el año pasado por la UNAM, se comentó que los medios tradicionales han sido desplazados por la revolución tecnológica, y mientras va al alza el periodismo de filtración ante el de investigación, prácticamente ya no hay periódicos de periodistas.
En el tema de negocios, la situación es similar. En cada plataforma “llueven” cada día nuevos expertos. Algunos periodistas especializados logran hacerse un espacio, pero son los menos. También hay comunicadores muy eficaces que tienen acceso a entrevistas con empresarios de prestigio y que “borran” el esfuerzo de reporteros para obtener información “exclusiva” de esos personajes.
En cada red o plataforma, los emprendedores pueden encontrar consejos, ideas e información valiosa. Al usuario le toca la tarea de descubrir el tesoro escondido en el campo y evitar charlatanes o defraudadores.
Pequeñas Grandes Empresas nació en abril de 2012 con la idea de compartir información de primera mano sobre el gran mundo de las micro, pequeñas y grandes empresas, que engloba sectores como franquicias, tecnología y turismo. Pero también dar a conocer noticias e historias de éxito que resultaran ejemplares, motivantes y en muchas ocasiones conmovedoras.
Eran otras condiciones, era otro mundo, era otro México.
Con el panorama actual, de estancamiento económico, inseguridad y crispación social, es claro para nosotros que debemos replantear el camino. Parar y reflexionar, en beneficio de nuestros lectores.
Agradecemos que nos hayan leído y acompañado durante estos poco más de 12 años y no decimos adiós, sino hasta luego.