Muchas empresas nacen de sueños atrapados y aspiraciones que se creían perdidas. Otras, como Renasci, se agazapan en el corazón y la mente de las personas, para construir casi por sí mismas su camino al éxito.
Maritere Zaballa es traductora de profesión, pero siempre supo que su verdadera vocación estaba en la cocina. “Estoy terminando de estudiar para poder decir con papeles que soy chef, pero creo que eso está en mi naturaleza, es una línea que yo tomé siguiendo a mi corazón; escuché a mi corazón y también a la comida, porque ella me habla.”
Su empresa, Renasci, pone en las mesas, alacenas y los paladares esos sabores antiguos que se han perdido en el tiempo. Por eso el nombre de la marca, que significa renacimiento, y el símbolo que utiliza, la flor de loto, que abre y cierra todos los días, durante la aparición y el ocaso del sol, en una especie de renacer continuo.
Todos sus productos, que incluyen mermeladas, aderezos, salsas, panadería y repostería, son elaborados 100 por ciento de manera artesanal, sin ningún tipo de conservador. De alguna manera, dice Zaballa, nos permiten “renacer y acordarnos de qué somos y de dónde venimos”.
Aunque hace nueve años se instaló en Cuernavaca, Morelos, todo empezó tiempo atrás, en la cocina de una casa ubicada en las faldas del volcán Popocatépetl, cerca de Amecameca. “Tenía muchos árboles: nogales, ciruelas, manzanas, peras, chabacanos, duraznos y, buscando aprovechar la fruta, empecé a hacer mermeladas primero para la casa y después para compartir con los amigos. »
Antes de fundar Renasci, manejó un local tipo bistro en el centro de Amecameca, donde ofrecía mermelada, café express, pay y pastas.
Maritere Zaballa, originaria de la Ciudad de México, mantiene un estrecho lazo con las tradiciones, pero también está profundamente comprometida con la gastronomía morelense y con el apoyo a los productores locales, por lo que en su cocina da preferencia a los ingredientes locales. Con sus productos ha formado parte de esa gran iniciativa ciudadana que se llama Morelos Único, y que tiene como finalidad promover y poner énfasis en las fortalezas y maravillas de la entidad.
Prepara mermeladas de ciruela, manzana, pera, membrillo, guayaba, zarzamora, durazno, chabacano o fresa, dependiendo de la temporada. Otros de sus productos son el chutney –una salsa salada y dulce– de carambolo, el arroz con leche a la manera tradicional, que se cocina lentamente; comidas y menús según la época. Por ejemplo, en Navidad entrega cenas completas con ensaladas, lomo, pastas, bacalao o pavo.
Dos ingredientes que no faltan en sus conservas y platillos son el amor y la imaginación; ejemplos de ello son su mermelada de jamaica hecha sobre una base de membrillo, o sus panes de chapulín, elaborados con insectos de Tepoztlán.
“La idea surgió de un proyecto de ciencia de mi hija en la secundaria. Los chapulines le dan un sabor crujiente al pan. Además está lleno de proteínas, aminoácidos, tiene cero grasas trans y muchísima fibra.”
Sus productos, por el momento, se venden de boca en boca, y han estado presentes en las comidas-maridaje que organiza Morelos Único para dar a conocer las maravillas que ofrece el estado a sus visitantes. Su página en Facebook es: https://www.facebook.com/pages/Renasci/307770379355850