Por: Fernando Borjón /ex Comisionado del IFT / Access Partnership
Las tecnologías de información y comunicación (TIC) no han sido hasta ahora una prioridad para el gobierno. Su mayor esfuerzo se limita al programa Internet para Todos, que busca mejorar la conectividad en zonas rurales, en especial para poblaciones con menos de 250 habitantes, pero no alcanzará solo con eso para que el país se desarrolle digitalmente.
Contar con una Estrategia Digital Nacional es fundamental para coordinar esfuerzos, fomentar el diálogo dentro del ecosistema digital y aprovechar las ventajas que las diversas TIC ofrecen, en especial para impulsar el crecimiento económico en un contexto post-pandemia. Sin embargo, el Poder Ejecutivo, a quien le correspondería la emisión de la Estrategia Digital Nacional, está ausente del tema. Agravando el problema, por razones de austeridad presupuestaria, desapareció a quien podría haber trabajado en la Estrategia, la Subsecretaría de Comunicaciones..
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha tomado un rol de promotor de las TIC. Actualmente, por ejemplo, intenta promover acciones en conjunto con la industria automotriz para el impulso de 5G, smart mobility y autos conectados, favoreciendo un entorno regulatorio flexible que impulse la adopción y uso de la tecnología. Sin embargo, la iniciativa no es acompañada por el Gobierno Federal, que en consecuencia no le otorga al regulador fondos adicionales para avanzar.
De hecho, el financiamiento es cada vez mas limitado para el IFT, una herramienta de control de la que dispone el Presidente López Obrador, mientras expresa que los órganos autónomos representan un alto costo para el país.
Reacciones legislativas
Ante la ausencia de Estrategia Digital Nacional, y un vacío de iniciativas de políticas pública por parte del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo está impulsando proyectos de ley para atender temas urgentes como regulación de mercados digitales, ciberseguridad y protección de datos personales. Varias iniciativas, presentadas en los últimos meses, se analizarán durante el próximo período legislativo que inicia en el mes de septiembre.
Cómo vaya a administrar el partido de gobierno esa situación, y cómo vaya a avanzar respecto de la agenda digital, aún son incógnitas.
Lo que sí es seguro es que la tecnología sólo podrá impulsar al desarrollo del país en un entorno que permita la realización de inversiones y la innovación. El reto para México es impulsar que las nuevas leyes, y las nuevas regulaciones que afecten el sector TIC tengan esto siempre presente, más allá de los vaivenes de la política local.