Jorge Valencia, consultor especializado, advierte a inversionistas: “es una decisión de vida que no se puede tomar a la ligera”
Por: Perla Oropeza
“Cuando tú dices franquicia, la gente se va con la finta de un montón de mitos: que son garantía de éxito, que no hay que trabajar, que tener una marca famosa atrás de nosotros nos garantiza que se va a ganar mucho dinero, y eso no es cierto”, advierte en entrevista Jorge Valencia, socio fundador de Grupo Interfranquicias México & Latam.
Hay que entender, añade el consultor, que hay varios tipos de franquicias, y que alrededor de 75 por ciento de las que operan en México son marcas jóvenes, con menos de cinco años, que suelen tener un periodo de vida muy corto.
Estos negocios jóvenes fueron los más afectados durante la pandemia. Muchos desaparecieron porque no pudieron hacer lo que franquicias maduras nacionales y las internacionales lograron: negociar con proveedores mejores precios, replantear los contratos de arrendamiento, dejar de cobrar regalías y dar facilidades a sus franquiciatarios, entre otras medidas emergentes.
En general, el fracaso de las franquicias se da principalmente porque el empresario no entendió el modelo y su empresa no está preparada para ser franquicia.
“Nosotros estamos convencidos de que solamente a través de la formación se puede tener éxito y por eso generamos programas de capacitación y ferias para evangelizar en este tema del mundo de las franquicias”, puntualiza Jorge Valencia, también miembro de la Asociación Mexicana de Franquicias.
Además, una vez involucrado en una franquicia, hay que contar con determinadas habilidades y conocimientos. La pandemia mostró, por ejemplo, las deficiencias que había en el sector restaurantero para la venta en línea y a domicilio, y el empaquetado de alimentos. Y a muchos les cobró la factura.
Adquirir una franquicia “es una decisión de vida que no se puede tomar a la ligera” advierte el fundador de Grupo Interfranquicias.
Antes de tomar una decisión, comenta Valencia, es necesario “que la piensen bien, establecer primero qué quieren y para qué les alcanza”, pero sobre todo: formarse e informarse, porque es un tema muy complejo.
Arrepentirse una vez que se ha firmado el contrato puede traer graves consecuencias en el patrimonio familiar. “Salirse de contrato de franquicia es peor que salirse de un contrato de matrimonio”.
Advierte Valencia: “Comprar una franquicia no es algo que puedas hacer tú solo, necesitas ayuda; visita las ferias de franquicias, ve a todos los cursos posibles, lee todo los libros que puedas y después de eso genera un modelo de lo que ´tú quieres hacer con tu vida los próximos años y después te podemos ayudar a buscar la franquicia adecuada a tus preferencias personales”.
Independientemente del tamaño de la inversión, lo importante es comprobar que puedan dar servicio como franquicia. “Porque el que ofrece franquicias por un millón puede estar igual de mal que uno que ofrece una de cien mil. No todo lo que brilla es oro”, indica el consultor.
Hay que entender cómo funciona el modelo. “Si haces la elección correcta y tienes ganas de trabajar, te va a ir muy bien, pero si no haces una investigación adecuada, la vas a pasar realmente mal. Por eso hay que formarse e informarse. No se vale llorar, no se vale decir me engañaron, porque hay mucha información al respecto y si tú le quieres regalar tus 600 mil pesos y toda tu vida a alguien que no conoces, es tu problema, porque nosotros tenemos guía, cursos, seminarios, diplomado y 400 videos en el canal de YouTube”.