¿Tu empresa es resiliente? En el mundo corporativo, la capacidad para hacer frente a una situación adversa es la diferencia entre permanecer o morir.
Lograr la resiliencia organizacional requiere de cuatro «ingredientes»: una sólida gestión de riesgo, trabajo en equipo, optimización de procesos y la adopción de nuevas ideas y tecnologías, dice Eduardo Muñoz, presidente para México y América Latina de BSI Group.
Ninguno de esos elementos, añade, se da de manera aislada. Su aplicación requiere disciplina y permite a empresas de todos los tamaños anticipar, prepararse, responder y adaptarse a los crecientes cambios e interrupciones súbitas, con el fin no sólo de sobrevivir, sino de prosperar.
Para que cada empresario se autoevalúe, BSI cuenta con el Índice de Resiliencia Organizacional en su página web. Se trata de una guía, explicó Muñoz, que reúne los hallazgos realizados en un estudio encargado por la empresa a la Escuela de Negocios de Cranfield, en el cual se evaluó el pensamiento administrativo de 1970 a la fecha.
Este índice incluye 16 elementos clave, que se agrupan a su vez en cuatro categorías: liderazgo, gente, procesos y productos.
De acuerdo con Muñoz, dentro de la categoría de producto está lo que denomina «escaneo del horizonte» que es adelantarse al futuro para establecer estrategias.
Los tres elementos fundamentales que debe tener una empresa resiliente son:
- Excelencia en productos y servicios. Valorar los mercados constantemente y examinar hasta qué punto sus productos alcanzan los requerimientos de los consumidores.
- Calidad de procesos. Enfoque documentado y sistemático de cómo se maneja el negocio.
- Cultura de la gente. Cómo se sienten los integrantes de la organización con su empleador.
La resiliencia organizacional, expone el presidente de BSI para México y América Latina, no tiene línea de llegada, es un proceso continuo. Es, añade, un estándar holístico para el cual no se extiende ningún certificado, pero que es la diferencia entre la permanencia y la desaparición de una empresa.
BSI es una organización británica fundada en 1901 y creadora de la norma ISO. De acuerdo con Muñoz, de cada diez normas, su empresa tiene que ver con ocho. Sus estándares alcanzan diversos sectores, desde tecnología, industria farmacéutica, hasta aeroespacial.
Con 812 mil clientes anuales, produce cada año cien mil certificaciones.