«Teníamos un blog de viajes, donde posteábamos el lugar, la comida, la artesanía, etcétera, cuando teníamos vacaciones. Nuestros seguidores nos contactaban y pasábamos el contacto del artesano u hotel, pero no había manera de concretar una visita o incluso comprarle alguna de sus artesanías para algún cumpleaños», relata Fonseca.
«Nosotros regresábamos cada que podíamos, en una ocasión la artesana de Veracruz a la que buscábamos ya no estaba más, los pocos artesanos que quedaban nos platicaron que ya estaba trabajando en un Chedraui porque no salía para mantenerse y otro artesano prefirió unirse a una brigada de construcción de caminos y puentes para tener un mejor ingreso.
«Desde ese momento no disfrutamos el viaje y nos la pasamos pensando qué podíamos hacer, aprovechamos el contacto que teníamos con los artesanos y productores a los que hemos visitado y los invitamos a formar parte de la comunidad. Ahora se pasan la voz entre ellos y nosotros salimos a buscar mejores oportunidades de ventas y poder hacer negocio como comunidad.»
La Cosita Chula es una plataforma que cuenta actualmente con 50 productores de 12 estados del país. Son familias de artesanos, cooperativas indígenas y pequeños productores de escala media/pequeña.
«Somos -explica Fonseca- una comunidad de emprendedores que busca acercar y conectar productos artesanales, originales, ecológicos y/o innovadores, promoviendo el comercio justo e impulsando el comercio con pequeñas y medianas empresas.»
El consumo de estos productos, añade, beneficia de manera directa a las comunidades y evita que los artesanos dejen de ejercer su oficio por falta de ventas o porque el intermediario se queda con las ganancias.
«Ofrecemos cientos de productos ‘del corazón del productor a la mano del consumidor‘ a un precio justo, donde evitamos al intermediario que tanto hace daño y el regateo. Nosotros los ayudamos a captar clientes y cerrar negocios por medio de la plataforma.
Para los productores no hay límite en el número de artículos que pueden ofrecer mediante la plataforma, y el costo de utilizarla es de 8.5 a 9.5 por ciento por cada venta realizada.
«Muchos de los artesanos que apoyamos viven a más de una hora de la capital, sin acceso a internet o pocos conocimientos respecto a su uso; por eso los apoyamos y orientamos en tecnología, y temas legales, fiscales y comerciales», expone Alfredo Fonseca.
«Somos habilitadores, de tal manera que el cliente esté tranquilo que le va a llegar y el artesano de que le van a pagar. La logística se hace de punto origen a punto final. No tenemos apoyo de ningún lado, nos organizamos entre todos para solventar los gastos que se generan y la mayoría somos voluntarios.
«La Cosita Chula no sólo busca la comercialización de productos, sino acercar al productor con el consumidor, de manera que promovamos el comercio justo e impulsemos la economía nacional, es por ello que nuestra filosofía es generar un impacto social y un desarrollo sustentable a través de la comercialización de productos fuera de serie. «