El liderazgo es algo más que un título de director, presidente o gerente. Es pasión, creatividad, poder personal y deseo de servicio, dice Robin Sharma. Es, añade, una forma de pensar, desarrollar y ser.
¿Pero cómo convertirse en líder? De acuerdo con el autor del bestseller El monje que vendió su Ferrari, el secreto para lograrlo está en los siguientes puntos:
- Ser tan buenos en lo que se hacemos que resulte difícil ignorarnos. La mayor parte de la gente trabaja en nivel promedio, se rinde a la mediocridad y renuncia a su poder. Hay que trabajar al límite, arriesgarse. La vida es muy valiosa para desperdiciarla. El precio de la disciplina es menor que la incomodidad del estancamiento.
- Comprometerse a realizar pequeñas mejoras cada día. Dejar de lado la desidia y el temor a fracasar. Buscar la aprobación de los demás es un lastre para el liderazgo. El 90 por ciento de lo que hace a los mejores líderes no es su capacidad intelectual, sino la capacidad emocional.
- Decir adiós a las excusas. Si hablamos de otras personas y nos quejamos, somos víctimas, no líderes. Cuando una persona se queja de otras, está renunciando a su poder y dándoselo a ellas. Las víctimas dan excusas; los líderes, resultados.
- Evitar las distracciones. No debemos ocuparnos cuando estamos ocupados. No hay nada tan inútil como hacer cosas que no sirven para nada. El enfoque es lo más valioso para el liderazgo.
- Dejar las cosas mejor que como las encontramos. Un trabajo es una oportunidad de crecer. Al final del camino lo importante es en quién nos convertimos y si desarrollamos nuestro talento, pero sobre todo si pudimos ayudar a las personas, enseñarles de lo que eran capaces y formar nuevos líderes. Liderazgo es inspirar a los demás, hacer nuestro trabajo como si fuera el más importante del mundo
- Evitar la seducción del éxito. Es fácil caer en la tentación de dejar de esforzarse y de aprender cuando se alcanza el éxito. Al contrario, debe darse un doble esfuerzo. El árbol que tiene más fruto es el que más reverencia hace a los demás.
- Obsesionarse con el valor 10x. Dar al cliente diez veces el valor que espera es clave para mantener el liderazgo de una empresa en el mercado. Es necesario mantener un compromiso con la excelencia
Durante el seminario Liderazgo sin Título, promovido por Plus Consultores y Alquimia e impartido en la ciudad de México, Sharma también habló de los pequeños detalles que distinguen a un gran líder:
- Sonreír.
- Decir “por favor” y “gracias”. Decir “por favor” quiere decir “te respeto”. Dar las gracias significa “aprecio lo que haces”.
- Cumplir las promesas con los demás y con nosotros mismos.
- Escuchar. En el momento en que se deja de escuchar al propio equipo, inicia la obsolescencia. Las mejores ideas se dan cuando la gente se relaja.
- Un líder no debe preocuparse por ser interesante, sino por interesar a los demás. Es necesario dejar el ego en la puerta.
- Puntualidad. Llegar a tiempo es una señal de respeto.
- Ver a la gente a los ojos y usar su nombre.