«Para saber hablar es preciso saber escuchar». Plutarco
La comunicación es el corazón de cualquier organización y de cualquier tipo de relación.
Muchos de nosotros pensamos que somos muy buenos comunicándonos, pero gran parte de tener una comunicación efectiva depende de saber escuchar.
Piensa la última vez que te sentiste escuchado, realmente escuchado, cuando pudiste decir todo lo que pensabas y sentías, sin interrupciones, con la otra persona totalmente presente contigo allí, no mientras se encontraba de compras, lavando, manejando, con un ojo en la televisión o la computadora, con la atención en algo completamente distinto.
La mayoría de nosotros, cuando alguien viene a contarnos algo, no dejamos pasar la oportunidad para aconsejar, dar nuestra opinión y hablar de nuestras propias experiencias.
Stephen Covey, en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva habla sobre la escucha empática (hábito #5): «Más que una técnica en la escucha empática, tu intención tiene que ser entender«.
Los que han experimentado le sensación de sentirse escuchados, saben lo valioso que resulta tener la oportunidad de hablar sin el temor de ser juzgados, interrumpidos o aconsejados.
Generalmente cuando alguien nos viene a contar algo lo único que buscan es ser realmente escuchados.
Pero, ¿qué nos detiene a la hora de escuchar a otros?
Las razones son variadas. Algunas de las más comunes son:
- Creer saber lo que viene después. Pensamos que sabemos exactamente lo que la otra persona va a decirnos y eso hace que comencemos a… ensayar una respuesta.
- Escuchar lo que queremos escuchar. Es algo que los niños hacen extremadamente bien, la escucha selectiva, solo escuchan lo que quieren escuchar.
- Mensaje amenazador de otra persona. Mensajes que nos crean ansiedad, conflicto, emociones negativas.
- Confundir a la persona con el mensaje. No escuchamos el mensaje, pues ya tenemos una idea preconcebida de la persona.
- Investir al que nos habla con hostilidad hacia nosotros. Si pensamos o sentimos que la persona está siendo hostil ya no vamos a escuchar su mensaje.
- Estereotipos de acentos/voces/presencia.
Generalmente lo que sucede es algo como esto:
La persona te empieza a contar algo y tú empiezas a pensar en la respuesta que le vas a dar. En lo que vas a hacer este fin de semana. En lo que vas a comer a la hora de lunch, etcétera, y poco a poco sin darte cuenta la persona está por terminar y necesitas poner atención. Pero para cuando esto sucede ya te perdiste tres cuartos de la conversación. Esto es algo que nos sucede a todos, pero cuando es una conversación muy importante y relevante para ti no puedes darte el lujo de perderte en tus pensamientos.
La próxima vez que estés «escuchando» a alguien, pon atención en si estás consciente de lo que sientes y cómo te sientes, porque mientras más enfocado estás en TUS pensamientos y TUS emociones, menos estás escuchando.
La parte más importante del coaching es precisamente escuchar para poder ayudarte a generar el mejor plan de acción para ti.
¿Quieres experimentar lo que se siente sentirte realmente escuchado?, mándame un correo a tamara@sapovalovacoaching.com y ponte en contacto.