La declaratoria de la UNESCO debe ir acompañada de planes de salvaguardia, dice la secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto.
POR: REDACCIÓN
Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entregó ayer a México el Certificado de Registro Binacional (México/España) del “Proceso de Fabricación de la Cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, expresó que este reconocimiento tiene que ir acompañado de planes de salvaguardia que garanticen la sostenibilidad de todo el proceso —desde la dotación a los talleres de los recursos necesarios para su funcionamiento, hasta su comercialización—, en beneficio de los portadores de esta tradición.
En México, las comunidades de artesanos que fabrican la talavera se ubican en el Valle de Puebla-Tlaxcala, en la región del Altiplano Central, en Atlixco, Puebla, Cholula y Tecali de Herrera, municipios que integran la llamada “Zona Talavera”.
Virgilio Pérez, artesano de Puebla y uno de los invitados a la entrega del certificado, dijo que más que una artesanía, la talavera es identidad, pasión, armonía y belleza».
«Hoy nos toca representar a cientos de generaciones que han mantenida viva la talavera. Gracias a quienes recolectan el barro, lo amasan, lo limpian, moldean, a quienes preparan el esmalte y los colores naturales, quienes transfieren las caprichosas formas sobre la superficie, quienes les dan color y hornean las piezas, así como a quienes lo presumen en el mundo y hacen un esfuerzo para mantener sus estándares de calidad.»
Jaqueline España, artesana de Tlaxcala, manifestó que «los artesanos tenemos el compromiso de cuidar, velar y salvaguardar el patrimonio que nos ha sido heredado» y manifestó su confianza en que esta declaratoria permita impulsar la actividad y mejorar su nivel de vida.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura, esta declaratoria es una oportunidad para proteger prácticas vivas, expresiones y procesos de producción y, principalmente, los saberes tradicionales relacionados con la talavera, así como para erradicar las apropiaciones indebidas y el desvirtuamiento de estos conocimientos.
Además la denominación consolida un fuerte vínculo cultural que se ha mantenido vivo a través de los siglos, entre los sitios que hoy comparten la declaratoria.
Frausto destacó que la anexión del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) a la Secretaría de Cultura coloca a las artesanías mexicanas como manifestaciones sofisticadas y excelsas, y no como productos de la marginalidad: “Todas las técnicas artesanales son técnicas artísticas y en cada una de estas expresiones está volcado el corazón de sus hacedores”.
Ernesto Ottone Ramírez, subdirector general de Cultura de la UNESCO, puntualizó que el patrimonio inmaterial es un patrimonio vivo, y los artesanos representan la salvaguardia de esa herencia que los estados están comprometidos a sostener mediante políticas públicas.
El caso de la talavera de Puebla y Tlaxcala es ejemplo de lo anterior, se trata de expresiones que son herencia directa de aquella “Talavera de la Reina”, la cual llegó a través del Galeón de Manila en tiempos de la Colonia.
Frausto Guerrero expuso que “desde época prehispánica, México es un país moldeado en barro, así empezó un diálogo a través de la tierra, el agua y el fuego, que entró en plena concordancia con la tradición alfarera venida de España, de modo que el manejo de la talavera se dio de forma muy natural y es lo que hoy se está reconociendo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
El 11 de diciembre pasado, México y España lograron la inscripción de los “Procesos artesanales para la elaboración de Talavera de Puebla y Tlaxcala, México, y la cerámica de Talavera de la Reina y el Puente del Arzobispo, España”, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Los procesos artesanales para la elaboración de talavera constituyen una práctica cultural con la que se identifican dos comunidades en México: Puebla y Tlaxcala, y dos en España: Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, en Castilla-La Mancha, resultado de un conocimiento que data del siglo XVI y se ha mantenido vigente hasta nuestros días.
Desde 1997, la talavera cuenta con Denominación de Origen (DO), sin embargo, el acercamiento para la inscripción no se hizo a partir de la DO, sino desde una perspectiva incluyente de todas las comunidades portadoras, en la que la DO contribuya a garantizar que el proceso artesanal se preserve para las nuevas generaciones, indicó la secretaría de Cultura.