Huérfano desde niño, a los 14 años empezó a trabajar en la empresa de autotransporte celayense de la que se volvió líder
CELAYA, Gto.- Con 92 años, y más de 70 dedicados al sector autotransporte, Leopoldo Almanza dice que su éxito al frente de la empresa Tresguerras se debe a que siempre mantuvo una idea fija: “ser el mejor”.
Huérfano desde niño, a los 14 inició de aprendiz con su tío en un camión de carga. Con sólo la primaria y una carrera de taquimecanografía, “se me metió en la cabeza que había que superar todas las vicisitudes de la vida”, expresa.
De su tío, comenta, no aprendió nada. “Lo que hice fue no hacerle caso. Mi tío me decía que no servía yo para nada y me entró el orgullo. Después fui presidente en la cooperativa y más tarde, con la aprobación de los socios, la transformé en sociedad anónima de capital variable. Hasta eso, me tocó a mí liquidar a mi tío, porque él ya no quiso seguir.”
Jorge Almanza Mosqueda, su hijo y actual director de Tresguerras, comenta:
“Mi padre trabajaba de chofer y luego se hizo socio de la cooperativa. Como vieron que era muy listo, muy arrojado, el resto de los socios le pidió que se hiciera cargo de la cooperativa, fue presidente, secretario, tesorero presidente del consejo de vigilancia y luego se regresó a su camión, pero después de algunos años volvió a ser presidente de la cooperativa.”
Leopoldo Almanza Vera, ‘Don Polo’ como lo conocen en el negocio, se dio cuenta que Tresguerras, como cooperativa, no tenía mucho futuro porque bajo esa figura no podían acceder a crédito, además de que era obligatorio hacer socios a todos los trabajadores. Y así fue como en 1968 la convirtió en una sociedad anónima.
Fue un cambio trascendental para la empresa celayense, que hoy en día, a sus 83 años, se ostenta como la más grande en su tipo en México.
La época en que ‘Don Polo’ lideró la empresa era la de un México muy distinto. Tresguerras nació como una pequeñísima compañía regional que daba servicio de Celaya a Salvatierra y Acámbaro. Más adelante, como sociedad anónima cubría la ruta México-Ciudad Juárez. A partir de 1989, con la liberación del autotransporte, pudo ir a todo el país.
“Otras empresas lo intentaron, pero no lo hicieron bien”, comenta su hijo, Jorge Almanza director general de la empresa desde 1992. “Nosotros consideramos que para poder ir a todo el país teníamos que asegurar primero que el mismo servicio que le estábamos dando a nuestros clientes en la ruta México-Ciudad Juárez se tenía que garantizar a Mérida, a Tijuana o a donde fuera. Primero preparamos eso, garantizar el servicio y después nos lanzamos a abrir más sucursales, ahora tenemos 120 bodegas en todo el país, somos la empresa de paquetería más grande de México.”
Para ‘Don Polo’, que se movió en sus años de chofer en un Fargo modelo 47-48, la clave para ser competitivo es “tener mucha seriedad; trabajar para ganar clientes, porque han surgido muchas empresas, pero hay que ser el mejor”.
-¿Cómo imagina a futuro sus empresas?
-Nada más me imagino que hay que seguir trabajando.
Casado a los 23 años, Leopoldo Almanza y su esposa tienen nueve hijos, que en distinta forma están involucrados tanto en Tresguerras como en Almu, una empresa familiar dedicada al transporte de petroquímicos.
Jorge Almanza aprendió de su padre grandes lecciones. Pero no con palabras sino con hechos. “¿Sabe qué me decía cuando yo llegué a trabajar con él? Nada. Me puso en una silla junto a su escritorio y yo lo único que hacía era verlo; verlo cómo trataba a las personas, cómo tomaba las decisiones, cómo trabajaba, y esos fueron los principios que yo aprendi de él viéndolo trabajar.”
Como gente dedicada al autotransporte, sabe que si se emprende un viaje largo, no hay manera de abreviarlo. Hay que ser perseverante, paciente y no esperar resultados tan rápido.
Lo dice de esta forma Leopoldo Almanza: “El transporte es como la agricultura, tiene ciclos muy buenos y otros que no se dan, el chiste es aguantar.”