En Palacio de Iturbide se presenta la exposición «El arte de la indumentaria y la moda en México 1940-2015»
La historia de la moda en México no sólo se cuenta con colores, líneas, texturas y diseño. Tiene un lenguaje que igual se llama idiosincrasia, tradición o canon cultural. Que revive lo más profundo de los sentimientos de una época y exalta o se apropia de valores nacionales, extranjeros o universales.
En la exposición «El arte de la Indumentaria y la moda en México 1940-2015» que se presenta en el Palacio de Iturbide, en la famosa calle Madero del centro de la Ciudad de México, se hilvanan dos discursos paralelos: el de la indumentaria de los pueblos originarios y el de la moda, que juntos permiten entender a un país mediante su forma de vestir.
Las prendas indígenas, con sus coloridos bordados, han tenido en el transcurso de los años transformaciones influidas por el mestizaje y no han quedado excluidas del concepto moda. Su evolución estética ha ocurrido a la par del uso de elementos foráneos como hilos mercerizados, algodones maquilados y tintes sintéticos.
A partir de los años cuarenta se empieza a hablar de una moda mexicana, pero no es sino hasta los años cincuenta, en la llamada época del «desarrollo estabilizador», cuando se da su surgimiento, alimentada por una nueva clase media ávida de consumir productos novedosos.
El Palacio de Hierro obtuvo la licencia para cortar en México los patrones de Chistian Dior, y el Puerto de Liverpool creó un departamento exclusivo de vestidos de noche y fiesta confeccionados a la medida: Rue de la Paix.
Fue una época afortunada también para los diseñadores mexicanos, que mostraron sus creaciones en divas como María Félix y Dolores del Río.
En los sesenta la modernidad se hizo presente. Podemos ver en la exposición, por ejemplo, un atuendo de las Olimpiadas, en el que se hace presente el pantalón para las mujeres, uno de los signos del cambio que inició México en esa época, del que el movimiento estudiantil de 1968 fue una de las más grandes expresiones.
En los años setenta, con la llegada de Luis Echeverría al poder, se privilegió lo mexicano desde las más altas esferas del poder. La primera dama vestía prendas autóctonas y bebía agua de horchata. En la Zona Rosa, tiendas como El Águila Descalza y El Girasol abrieron sus puertas a diseñadores extranjeros y nacionales con creaciones basadas en las raíces mexicanas con nuevas lecturas.
Ya en los ochenta inició la consolidación de la moda mexicana que hoy en día, a pesar de los largos años de crisis económica, ha multiplicado sus propuestas y tiene reconocimiento internacional.
VISITAS: Todos los días, de 10 a 19 horas. Termina el 25 de septiembre. Entrada libre.
DIRECCIÓN: Madero 17, Centro Histórico, Ciudad de México.
Visitas guiadas gratuitas, de lunes a domingo, a las 12:00, 14:00 y 16:00 horas.
(Fotos: Perla Oropeza. Nota redactada con información del folleto de la expo «El arte de la indumentaria y la moda en México» presentada por el Banco Nacional de México, a través de Fomento Cultural Banamex; la Dirección General de Culturas Populares y el Instituto Nacional de Antropología e Historia de la Secretaría de Cultura; El Palacio de Hierro y Vogue México. )